ACTIVIDAD PARA CLASE TERCER PERIODO
ESCUELA NORMAL SUPERIOR
CRISTO REY
BARRANCABERMEJA
LECTURA DE APOYO
CIEN AÑOS DE SOLEDAD (GABRIEL GARCIA
MARQUEZ)
Os extraigo unos párrafos del relato:
Capítulo XV
- ¡Tírense al suelo! ¡Tírense al suelo!
Ya los de las primeras líneas lo habían hecho, barridos por las ráfagas de
metralla. Los sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de volver a
la plazoleta, y el pánico dio entonces un coletazo de dragón, y los mandó en
una oleada compacta contra la otra oleada que se movía en sentido contrario,
despedida por el otro coletazo de dragón de la calle opuesta, donde también las
ametralladoras disparaban sin tregua. Estaban acorralados, girando en un
torbellino gigantesco que poco a poco se reducía a su epicentro porque sus
bordes iban siendo sistemáticamente recortados en redondo, como pelando una
cebolla, por las tijeras insaciables y metódicas de la metralla. El niño vio a
una mujer arrodillada, con los brazos en cruz, en un espacio limpio,
misteriosamente vedado a la estampida. Allí lo puso José Arcadio Segundo, en el
instante de derrumbarse con la cara bañada en sangre, antes de que el tropel
colosal arrasara con el espacio vacío, con la mujer arrodillada, con la luz del
alto cielo de sequía, y con el puto mundo donde Úrsula Iguarán había vendido
tantos animalitos de caramelo.
Cuando José Arcadio Segundo despertó estaba bocarriba en las tinieblas. Se
dio cuenta de que iba en un tren interminable y silencioso, y de que tenía el
cabello apelmazado por la sangre seca y le dolían todos los huesos. Sintió un
sueño insoportable. Dispuesto a dormir muchas horas, a salvo del terror y el
horror, se acomodó del lado que menos le dolía, y solo entonces descubrió que
estaba acostado sobre los muertos. No había un espacio libre en el vagón, salvo
el corredor central. Debían de haber pasado varias horas después de la masacre,
porque los cadáveres tenían la misma temperatura del yeso en otoño, y su misma
consistencia de espuma petrificada, y quienes los habían puesto en el vagón
tuvieron tiempo de arrumarlos en el orden y el sentido en que se transportaban
los racimos de banano. Tratando de fugarse de la pesadilla, José Arcadio
Segundo se arrastró de un vagón a otro, en la dirección en que avanzaba el
tren, y en los relámpagos que estallaban por entre los listones de madera al
pasar por los pueblos dormidos veía los muertos hombres, los muertos mujeres,
los muertos niños, que iban a ser arrojados al mar como el banano de rechazo.
ESCUELA NORMAL SUPERIOR
CRISTO REY
BARRANCABERMEJA
LECTURA DE APOYO
POR: QUINNY
“Muchos años después, ese niño había de seguir contando sin que nadie se lo
creyera, que había visto al teniente leyendo con una bocina de gramófono el
Decreto número 4 del Jefe Civil y Militar de la provincia. Estaba firmado por
el general Carlos Cortez Vargas y por su secretario, el mayor Enrique García
Isaza y en tres artículos de ochenta palabras declaraba a los huelguistas, una
cuadrilla de malhechores y facultaba al ejército para matarlos a bala.
El
capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de ametralladoras le
respondieron
|
>> Leído el decreto, en medio de una ensordecedora rechifla de
protesta, un capitán sustituyo al teniente en el techo de la estación y con la
bocina del gramófono hizo señas de que quería hablar. La muchedumbre volvió a
guardar silencio.
– Señoras y Señores – dijo el capitán con una voz baja, lenta y un poco
cansada-, tienen cinco minutos para retirarse.
>> La rechifla y los gritos redoblados ahogaron el toque de clarín
que anuncio el principio del plazo. Nadie se movió.
– Han pasado cinco minutos – dijo el capitán en el mismo tono-. Un minuto
más y se hará fuego.–
>> Embriagado por la tensión, por la maravillosa profundidad del
silencio y además, convencido de que nada haría mover a aquella muchedumbre
pasmada por la fascinación de la muerte, José Arcadio Segundo se empino por
encima de las cabezas que tenía en frente y por primera vez en su vida levanto
la voz.
– ¡Cabrones! – Gritó – Les regalamos el minuto que falta.
>> Al final de su grito ocurrió algo que no le produjo espanto, sino
una especie de alucinación. El capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de
ametralladoras le respondieron en el acto.”
La Masacre de las Bananeras ocurrió en la población colombiana de Ciénaga
el 6 de diciembre de 1928 cuando un regimiento de las fuerzas armadas de Colombia
abrió fuego contra un número indeterminado de manifestantes que protestaban por
las pésimas condiciones de trabajo en la United Fruit Company.
El temor anticomunista del gobierno de Miguel Abadía Méndez que veía cerca
la amenaza de una revolución obrera terminó demostrándose con la expedición de
la ley 69 del 30 de octubre de 1928 que limitaba los derechos de los sindicatos
y criminalizaba las exigencias de los trabajadores sobre los propietarios de
empresas.
El número de muertos nunca se determinó y sigue siendo motivo de debate.
Según la versión oficial del gobierno colombiano del momento sólo fueron nueve.
Hoy en día la United Fruit Company rebautizada como Chiquita Brands,
protagonista de golpes de Estado, masacres y apoyo a dictaduras, ha ocasionado
al menos 11.000 víctimas en la región del Urabá, a través de su financiación a
grupos paramilitares que cuidan sus intereses.
ACTIVIDAD.
1. Realiza
las lecturas y busca el significado de las palabras que sean desconocida.
2. ¿Cuál
es la idea central de ambas lecturas?
3. ¿Con
qué acontecimiento se asocian las dos lecturas?
4. Realiza
un cuadro comparativo entre las dos lecturas, resalte los aspectos sociales,
políticos y económicos.
5. Realiza
una historieta (mínimo 4 y máximo 6 viñetas) donde se resalten los hechos
relevantes de este acontecimiento.
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