jueves, 15 de agosto de 2013


ACTIVIDAD PARA CLASE  TERCER PERIODO
 
ESCUELA NORMAL SUPERIOR CRISTO REY

BARRANCABERMEJA

LECTURA DE APOYO

CIEN AÑOS DE SOLEDAD (GABRIEL GARCIA MARQUEZ)

Os extraigo unos párrafos del relato:

Capítulo XV

- ¡Tírense al suelo! ¡Tírense al suelo!

Ya los de las primeras líneas lo habían hecho, barridos por las ráfagas de metralla. Los sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de volver a la plazoleta, y el pánico dio entonces un coletazo de dragón, y los mandó en una oleada compacta contra la otra oleada que se movía en sentido contrario, despedida por el otro coletazo de dragón de la calle opuesta, donde también las ametralladoras disparaban sin tregua. Estaban acorralados, girando en un torbellino gigantesco que poco a poco se reducía a su epicentro porque sus bordes iban siendo sistemáticamente recortados en redondo, como pelando una cebolla, por las tijeras insaciables y metódicas de la metralla. El niño vio a una mujer arrodillada, con los brazos en cruz, en un espacio limpio, misteriosamente vedado a la estampida. Allí lo puso José Arcadio Segundo, en el instante de derrumbarse con la cara bañada en sangre, antes de que el tropel colosal arrasara con el espacio vacío, con la mujer arrodillada, con la luz del alto cielo de sequía, y con el puto mundo donde Úrsula Iguarán había vendido tantos animalitos de caramelo.

Cuando José Arcadio Segundo despertó estaba bocarriba en las tinieblas. Se dio cuenta de que iba en un tren interminable y silencioso, y de que tenía el cabello apelmazado por la sangre seca y le dolían todos los huesos. Sintió un sueño insoportable. Dispuesto a dormir muchas horas, a salvo del terror y el horror, se acomodó del lado que menos le dolía, y solo entonces descubrió que estaba acostado sobre los muertos. No había un espacio libre en el vagón, salvo el corredor central. Debían de haber pasado varias horas después de la masacre, porque los cadáveres tenían la misma temperatura del yeso en otoño, y su misma consistencia de espuma petrificada, y quienes los habían puesto en el vagón tuvieron tiempo de arrumarlos en el orden y el sentido en que se transportaban los racimos de banano. Tratando de fugarse de la pesadilla, José Arcadio Segundo se arrastró de un vagón a otro, en la dirección en que avanzaba el tren, y en los relámpagos que estallaban por entre los listones de madera al pasar por los pueblos dormidos veía los muertos hombres, los muertos mujeres, los muertos niños, que iban a ser arrojados al mar como el banano de rechazo.


ESCUELA NORMAL SUPERIOR CRISTO REY

BARRANCABERMEJA

LECTURA DE APOYO

POR: QUINNY

“Muchos años después, ese niño había de seguir contando sin que nadie se lo creyera, que había visto al teniente leyendo con una bocina de gramófono el Decreto número 4 del Jefe Civil y Militar de la provincia. Estaba firmado por el general Carlos Cortez Vargas y por su secretario, el mayor Enrique García Isaza y en tres artículos de ochenta palabras declaraba a los huelguistas, una cuadrilla de malhechores y facultaba al ejército para matarlos a bala.

El capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de ametralladoras le respondieron 

>> Leído el decreto, en medio de una ensordecedora rechifla de protesta, un capitán sustituyo al teniente en el techo de la estación y con la bocina del gramófono hizo señas de que quería hablar. La muchedumbre volvió a guardar silencio.

– Señoras y Señores – dijo el capitán con una voz baja, lenta y un poco cansada-, tienen cinco minutos para retirarse.

>> La rechifla y los gritos redoblados ahogaron el toque de clarín que anuncio el principio del plazo. Nadie se movió.

– Han pasado cinco minutos – dijo el capitán en el mismo tono-. Un minuto más y se hará fuego.–

>> Embriagado por la tensión, por la maravillosa profundidad del silencio y además, convencido de que nada haría mover a aquella muchedumbre pasmada por la fascinación de la muerte, José Arcadio Segundo se empino por encima de las cabezas que tenía en frente y por primera vez en su vida levanto la voz.

– ¡Cabrones! – Gritó – Les regalamos el minuto que falta.

>> Al final de su grito ocurrió algo que no le produjo espanto, sino una especie de alucinación. El capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de ametralladoras le respondieron en el acto.”

La Masacre de las Bananeras ocurrió en la población colombiana de Ciénaga el 6 de diciembre de 1928 cuando un regimiento de las fuerzas armadas de Colombia abrió fuego contra un número indeterminado de manifestantes que protestaban por las pésimas condiciones de trabajo en la United Fruit Company.

El temor anticomunista del gobierno de Miguel Abadía Méndez que veía cerca la amenaza de una revolución obrera terminó demostrándose con la expedición de la ley 69 del 30 de octubre de 1928 que limitaba los derechos de los sindicatos y criminalizaba las exigencias de los trabajadores sobre los propietarios de empresas.

El número de muertos nunca se determinó y sigue siendo motivo de debate. Según la versión oficial del gobierno colombiano del momento sólo fueron nueve. Hoy en día la United Fruit Company rebautizada como Chiquita Brands, protagonista de golpes de Estado, masacres y apoyo a dictaduras, ha ocasionado al menos 11.000 víctimas en la región del Urabá, a través de su financiación a grupos paramilitares que cuidan sus intereses.

ACTIVIDAD.


1.     Realiza las lecturas y busca el significado de las palabras que sean desconocida.

2.     ¿Cuál es la idea central de ambas lecturas?
3.     ¿Con qué acontecimiento se asocian las dos lecturas?

4.     Realiza un cuadro comparativo entre las dos lecturas, resalte los aspectos sociales, políticos y económicos.

5.     Realiza una historieta (mínimo 4 y máximo 6 viñetas) donde se resalten los hechos relevantes de este acontecimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario