martes, 27 de agosto de 2013

La transformación de la economía colombiana 
Durante la primera mitad del siglo XX, Colombia sufrió grandes trasformaciones en el campo económico. En primera instancia, logró insertarse en el mercado internacional lo que le permitió pasar de una economía agropecuaria a una economía de agro exportación e industria. Estos cambios influyeron profundamente en nuestra sociedad, pues Colombia dejó de ser un país rural para convertirse paulatinamente en un país urbano. 
El café y el inicio de la industrialización 
 
Después de la Guerra de los Mil Días y durante casi cincuenta años, Colombia vivió el crecimiento sostenido de las exportaciones de café. El aumento de la demanda mundial por el grano y la relativa estabilidad política que vivió el país durante las primeras décadas, fueron las causas de que el café se convirtiera en el principal producto de exportación. 

Con el aumento de las exportaciones se expandieron las tierras dedicadas al cultivo del grano, en especial, hacia el occidente del país, en lo que hoy llamamos el eje cafetero. El Estado también se benefició con el auge de la economía cafetera, pues debido a los impuestos que se cobraban al café, se pudo invertir en la construcción de obras de infraestructura. Por último, los comerciantes y cultivadores del grano recibieron grandes ingresos, los cuales fueron invertidos en la fundación de industrias, con lo que se inició el proceso de industrialización. 
 
La industrialización en Colombia 
Además del impulso dado por la economía cafetera, tuvieron que suceder otros hechos para que la industrialización se consolidara en el país. El primero de ellos fue la implementación de una serie de medidas económicas de corte proteccionista, tomadas por los gobiernos, en especial los conservadores, para incentivar la creación de industrias nacionales. El segundo hecho está relacionado con las crisis económicas mundiales ocurridas luego de la Primera Guerra Mundial y de la Gran Depresión de 1929. Estas crisis generaron una disminución de la producción industrial de algunos productos, especialmente los relacionados con los bienes de consumo (textiles, alimentos, etc.) que obligó, a los gobiernos de los países no industrializados, a impulsar la creación de fábricas para cubrir la demanda interna de tales bienes. 
En Colombia, la industria se desarrolló en tres zonas: Bogotá, Barranquilla y Antioquia; siendo esta última la más importante. El sector que más se desarrolló fue el textil, en el cual se destacan las fábricas Coltejer, fundada en 1907, Fabricato, creada en 1920 y Tejícóndor, conformada en 1934. Además de la industria textilera, en Colombia se crearon fábricas relacionadas con las industrias de cerveza, de alimentos, de fósforos y de cemento.
El petróleo 
Durante la primera mitad del siglo XX, en Colombia también se desarrolló la explotación petrolera. Esta actividad, a diferencia del cultivo del café y de la industria manufacturera, estuvo siempre en manos de inversionistas y compañías extranjeras, hasta la creación de la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol en 1951. 
La historia de la explotación petrolera en Colombia se remonta a la primera década del siglo XX cuando el presidente Rafael Reyes le entregó en concesión a Roberto de Mares, el yacimiento petrolífero de Barrancabermeja y a Virgilio Barco, el de la selva del Catatumbo. Estos dos colombianos, como no tenían el capital suficiente para iniciar la explotación, decidieron entregarles las concesiones a compañías norteamericanas. Luego de intensas discusiones, el gobierno aprobó este negocio y le entregó, a la Tropical Oil Company, la concesión de Mares y a la Colombian Petroleum, la concesión Barco. 
Los términos de estos dos contratos fueron desfavorables para el país pues, por un lado, las zonas de explotación petrolera quedaban prácticamente bajo control de las compañías extranjeras, y por el otro, el Estado colombiano solo recibía entre un 7 y un 14% de las ganancias. El único punto que menos desventajas representaba para Colombia era que estas concesiones tenían que ser devueltas al país en un plazo de más o menos treinta años. Así en 1948 el gobierno colombiano creó a Ecopetrol con el objetivo de hacerse cargo de las concesiones devueltas por las compañías extranjeras. La Tropical Oil fue la primera en devolver los yacimientos petroleros de Barrancabermeja. Desde ese momento, Ecopetrol comparte la explotación petrolera con compañías extranjeras. 
El banano 
Otra actividad económica que contó exclusivamente con la inversión de capitales extranjeros fue el cultivo del banano. Este se inició a principios del siglo XX y en la década de los años veinte ya representaba el 6% de las exportaciones totales del país, pero gran parte de los ingresos quedaban en manos de la United Fruit Company, compañía norteamericana encargada de comercializar frutas producidas en las zonas tropicales del mundo. Esta empresa estableció sus operaciones en la región de Ciénaga, un lugar ubicado en la Costa Atlántica, cercano a Santa Marta. La United Fruit nunca fue propietaria de la tierra en donde se producía el banano, en vez de ello, compraba la producción a productores locales. Aun así, al igual que lo que ocurrió con la explotación petrolera, esta compañía se convirtió prácticamente en la administradora de la región. 
Urbanización 
La inserción de Colombia al mercado internacional y su posterior proceso de industrialización iniciaron la transformación del país de una sociedad rural a una urbana. Tanto las industrias manufactureras como las agencias importadoras y exportado ras, instaladas en las principales ciudades del país, necesitaban grandes contingentes de mano de obra para poder funcionar. Fue así como se inició la migración de personas del campo hacia las ciudades, lo cual produjo su crecimiento. A este proceso se le denominó urbanización.
Movimientos sociales 
Las transformaciones económicas de la primera mitad del siglo XX produjeron otro cambio en la sociedad colombiana: la aparición del obrero urbano y rural. Este nuevo actor social, poco a poco empezó a organizarse y a participar en la política del país. 
Artesanos y organizaciones obreras 
Aunque a inicios del siglo XX se crearon bastantes industrias, el número de obreros frente a los artesanos era bastante bajo. Por lo tanto, el artesano, un trabajador manual calificado y dueño de su taller o lugar de trabajo, fue el principal encargado de dirigir las luchas y los movimientos sociales durante las dos primeras décadas del siglo XX. Para tal fin, los artesanos se organizaron con los obreros y fundaron asociaciones como la Unión de Industriales y Obreros en 1904 y la Unión Obrera Colombiana en 1913. A través de estas organizaciones, los artesanos les trasmitieron una tradición organizativa y combativa a los obreros. 
Para finales de la primera década del siglo XX, el número de obreros frente a los artesanos aumentó. Esto hizo que los obreros relevaran a los artesanos en la dirección de las .luchas y movimientos sociales. Así surgieron asociaciones obreras como el Partido Obrero en 1916 y la Asamblea Obrera en 1919. 
Características de los obreros 
Durante la primera mitad del siglo XX, los obreros eran los trabajadores asalariados que laboraban en la trilla de café, el procesamiento de alimentos, los textiles, los cultivos de bananos, las petroleras y el sector de los transportes. Desde un inicio, la clase obrera estuvo compuesta por mujeres, pues ellas, eran las más contratadas en la industria textilera. 
El obrero revolucionario 
Las primeras organizaciones obrero-artesanales no tenían un carácter socialista o revolucionario, por lo general, buscaban el mejoramiento de sus condiciones de vida. Pero esta situación cambió en los años veinte cuando los obreros empezaron a conocer las ideas socialistas, anarquistas, marxistas y bolcheviques. Desde este momento, surgió en el proletariado la necesidad de crear, tanto organizaciones sindicales como partidos políticos de tendencia revolucionaria y socialista, que defendieran exclusivamente sus intereses. Es así como, en 1925, se fundó la Confederación Obrera Nacional, CON y, en 1926, su brazo político el Partido Socialista Revolucionario, PSR. Hacia 1929, el PSR se alió con un sector radical del liberalismo para intentar la primera revolución socialista en Colombia, la cual fracasó. Este hecho, causó una crisis dentro del PSR de la cual surgiría el Partido Comunista Colombiano (PCC). 
Centrales unitarias de trabajadores 
Luego de la experiencia fallida de la CON y del PSR, la clase obrera vio la necesidad de conformar una gran central de trabajadores que aglutinara al mayor número de sindicatos del país. Aprovechando el impulso reformista del gobierno de López y la legislación laboral expedida por él, obreros del liberalismo y del PCC formaron en 1938 la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC. Ocho años después, los jesuitas, con el apoyo del partido conservador, formaron la Unión de Trabajadores de Colombianos, UTC una central obrera de línea conservadora.
El conflicto social durante la segunda mitad del siglo XX 
La organización de los obreros en sindicatos y partidos políticos, y las luchas por el mejoramiento de sus condiciones de vida y por la transformación de las estructuras sociales, trajo como consecuencia el enfrentamiento de aquellos contra las élites del país y en últimas, contra el Estado. 
Durante los gobiernos conservadores, las huelgas de los trabajadores fueron duramente reprimidas y sus peticiones, poco escuchadas. Líderes obreros y campesinos, intelectuales y políticos simpatizantes de las luchas obreras y campesinas eran perseguidos y encarcelados. Este ambiente de intolerancia frente a los movimientos sociales y a sus protestas tuvo como máxima expresión la Masacre de las Bananeras, ocurrida e16 de diciembre de 1928. 
Esta masacre tuvo como trasfondo la huelga de trabajadores de la United Fruit Company, iniciada en noviembre de 1928 en la región bananera del departamento del Magdalena. Los trabajadores solicitaban la abolición del subcontrato, el aumento de salarios y la eliminación del pago en bonos de compra. La compañía les negó el pliego de peticiones. El gobierno de Abadía, protegiendo los intereses de la United Fruit reprimió la huelga, mandando un contingente del ejército que abrió fuego contra una manifestación que se desarrollaba en la población de Ciénaga. El saldo fue de más de mil trabajadores muertos. 
La agudización de los conflictos agrarios 
Otro sector social que protestó para mejorar sus precarias condiciones de vida fueron los campesinos. Durante toda la segunda mitad del siglo XX, ellos también hicieron sentir su voz para exigir principalmente el cambio de la forma de tenencia de la tierra. Para la época, gran parte de la tierra cultivable estaba concentrada en pocas manos, entonces, los campesinos tomaron una serie de acciones tales como la invasión de predios para obligar al gobierno a democratizar la propiedad. Los diferentes gobiernos, en especial los conservadores, se alinearon con los terratenientes para impedir 
estas acciones y perseguir a los campesinos que las realizaban. 
El gobierno de López fue consciente de esta situación y para remediada, promulgó la Ley 200 de 1936. Sin embargo, esta ley tuvo un efecto contrario al esperado: los terratenientes, al ver que algunos colonos que vivían en sus tierras podían reclamar la propiedad sobre ella, decidieron expulsados. De-este modo, después de 1930, el conflicto agrario y la violencia entre terratenientes y campesinos aumentaron vertiginosamente y se convirtieron en una de las causas que engendraron el período de la Violencia.
 
 
 

jueves, 15 de agosto de 2013


ACTIVIDAD PARA CLASE  TERCER PERIODO
 
ESCUELA NORMAL SUPERIOR CRISTO REY

BARRANCABERMEJA

LECTURA DE APOYO

CIEN AÑOS DE SOLEDAD (GABRIEL GARCIA MARQUEZ)

Os extraigo unos párrafos del relato:

Capítulo XV

- ¡Tírense al suelo! ¡Tírense al suelo!

Ya los de las primeras líneas lo habían hecho, barridos por las ráfagas de metralla. Los sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de volver a la plazoleta, y el pánico dio entonces un coletazo de dragón, y los mandó en una oleada compacta contra la otra oleada que se movía en sentido contrario, despedida por el otro coletazo de dragón de la calle opuesta, donde también las ametralladoras disparaban sin tregua. Estaban acorralados, girando en un torbellino gigantesco que poco a poco se reducía a su epicentro porque sus bordes iban siendo sistemáticamente recortados en redondo, como pelando una cebolla, por las tijeras insaciables y metódicas de la metralla. El niño vio a una mujer arrodillada, con los brazos en cruz, en un espacio limpio, misteriosamente vedado a la estampida. Allí lo puso José Arcadio Segundo, en el instante de derrumbarse con la cara bañada en sangre, antes de que el tropel colosal arrasara con el espacio vacío, con la mujer arrodillada, con la luz del alto cielo de sequía, y con el puto mundo donde Úrsula Iguarán había vendido tantos animalitos de caramelo.

Cuando José Arcadio Segundo despertó estaba bocarriba en las tinieblas. Se dio cuenta de que iba en un tren interminable y silencioso, y de que tenía el cabello apelmazado por la sangre seca y le dolían todos los huesos. Sintió un sueño insoportable. Dispuesto a dormir muchas horas, a salvo del terror y el horror, se acomodó del lado que menos le dolía, y solo entonces descubrió que estaba acostado sobre los muertos. No había un espacio libre en el vagón, salvo el corredor central. Debían de haber pasado varias horas después de la masacre, porque los cadáveres tenían la misma temperatura del yeso en otoño, y su misma consistencia de espuma petrificada, y quienes los habían puesto en el vagón tuvieron tiempo de arrumarlos en el orden y el sentido en que se transportaban los racimos de banano. Tratando de fugarse de la pesadilla, José Arcadio Segundo se arrastró de un vagón a otro, en la dirección en que avanzaba el tren, y en los relámpagos que estallaban por entre los listones de madera al pasar por los pueblos dormidos veía los muertos hombres, los muertos mujeres, los muertos niños, que iban a ser arrojados al mar como el banano de rechazo.


ESCUELA NORMAL SUPERIOR CRISTO REY

BARRANCABERMEJA

LECTURA DE APOYO

POR: QUINNY

“Muchos años después, ese niño había de seguir contando sin que nadie se lo creyera, que había visto al teniente leyendo con una bocina de gramófono el Decreto número 4 del Jefe Civil y Militar de la provincia. Estaba firmado por el general Carlos Cortez Vargas y por su secretario, el mayor Enrique García Isaza y en tres artículos de ochenta palabras declaraba a los huelguistas, una cuadrilla de malhechores y facultaba al ejército para matarlos a bala.

El capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de ametralladoras le respondieron 

>> Leído el decreto, en medio de una ensordecedora rechifla de protesta, un capitán sustituyo al teniente en el techo de la estación y con la bocina del gramófono hizo señas de que quería hablar. La muchedumbre volvió a guardar silencio.

– Señoras y Señores – dijo el capitán con una voz baja, lenta y un poco cansada-, tienen cinco minutos para retirarse.

>> La rechifla y los gritos redoblados ahogaron el toque de clarín que anuncio el principio del plazo. Nadie se movió.

– Han pasado cinco minutos – dijo el capitán en el mismo tono-. Un minuto más y se hará fuego.–

>> Embriagado por la tensión, por la maravillosa profundidad del silencio y además, convencido de que nada haría mover a aquella muchedumbre pasmada por la fascinación de la muerte, José Arcadio Segundo se empino por encima de las cabezas que tenía en frente y por primera vez en su vida levanto la voz.

– ¡Cabrones! – Gritó – Les regalamos el minuto que falta.

>> Al final de su grito ocurrió algo que no le produjo espanto, sino una especie de alucinación. El capitán dio la orden de fuego y catorce nidos de ametralladoras le respondieron en el acto.”

La Masacre de las Bananeras ocurrió en la población colombiana de Ciénaga el 6 de diciembre de 1928 cuando un regimiento de las fuerzas armadas de Colombia abrió fuego contra un número indeterminado de manifestantes que protestaban por las pésimas condiciones de trabajo en la United Fruit Company.

El temor anticomunista del gobierno de Miguel Abadía Méndez que veía cerca la amenaza de una revolución obrera terminó demostrándose con la expedición de la ley 69 del 30 de octubre de 1928 que limitaba los derechos de los sindicatos y criminalizaba las exigencias de los trabajadores sobre los propietarios de empresas.

El número de muertos nunca se determinó y sigue siendo motivo de debate. Según la versión oficial del gobierno colombiano del momento sólo fueron nueve. Hoy en día la United Fruit Company rebautizada como Chiquita Brands, protagonista de golpes de Estado, masacres y apoyo a dictaduras, ha ocasionado al menos 11.000 víctimas en la región del Urabá, a través de su financiación a grupos paramilitares que cuidan sus intereses.

ACTIVIDAD.


1.     Realiza las lecturas y busca el significado de las palabras que sean desconocida.

2.     ¿Cuál es la idea central de ambas lecturas?
3.     ¿Con qué acontecimiento se asocian las dos lecturas?

4.     Realiza un cuadro comparativo entre las dos lecturas, resalte los aspectos sociales, políticos y económicos.

5.     Realiza una historieta (mínimo 4 y máximo 6 viñetas) donde se resalten los hechos relevantes de este acontecimiento.